Los propietarios de casas en Gypsum buscan respuestas del ayuntamiento después de que la inundación de aguas negras los deja con un desastre financiero
Aspen Parker, de 18 años, estaba terminando un turno vespertino en el trabajo cuando recibió una llamada de un amigo que estaba en su casa.
“Dijo que había agua por todo el piso, mi alfombra estaba empapada, estaba preguntando por qué Link, mi gatito, estaba empapado”, dijo Parker. “Llegué a casa y me di cuenta de que había vuelto a suceder”.
El cuarto de Parker, ubicado en el sótano de la casa que comparte con su madre y su hermano mayor en Porphyry Road en Gypsum, había estado inundado con aguas negras durante casi 12 horas cuando lo descubrió. La imagen del papel higiénico, agua y materia fecal esparcida por su habitación y cubriendo a su mascota fue profundamente perturbadora, pero no desconocida. Reconoció el aspecto de la acumulación de aguas negras de un incidente similar seis años antes.
“Estaba en pánico”, dijo Parker. “No estaba nada contento, porque mi papá vive en Eagle y (mi mamá) estaba en Colorado Trail, y yo estaba como, ¿qué hago?”
Esa pregunta ha estado rondando por la mente de los 10 propietarios de viviendas en Gypsum que se vieron afectados por la inundación de aguas negras de casi dos horas de duración que tuvo lugar el domingo 10 de julio.
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Alrededor de las 11 a. m., se produjo un gran bloqueo en la tubería principal del alcantarillado, lo que provocó que el flujo de aguas negras se regresara a las tuberías cercanas al bloqueo, se derramara por los desagües y alcantarillas e inundara el área circundante. El último informe de incidentes de la ciudad estima que se derramaron 7500 galones de aguas negras antes que el equipo de obras públicas pudiera despejar el bloqueo alrededor de las 12:40 p.m.
La inundación destruyó los pisos inferiores de varias casas en el área, concentrándose principalmente en Porphyry Road, que se encuentra a poca altura justo al lado del río Eagle. Se estima que la reparación de los daños colectivos por el desbordamiento de las aguas residuales costará cientos de miles de dólares, sin tener en cuenta los artículos personales dañados en el incidente, y sin el apoyo del ayuntamiento, muchos propietarios dicen que la carga financiera será demasiado grande para absorberla solos.
“En serio que vivo de cheque en cheque”
La madre de Parker, Toni Parker, recibió la noticia de la inundación un día después, después de obtener servicio celular en Colorado Trail, e inmediatamente regresó a casa para manejar la situación. Recientemente había terminado de remodelar su sótano y ahora estaba moviendo febrilmente todo lo que podía salvarse del espacio contaminado a su sala para evitar daños permanentes.
Parker dijo que le dijeron que aproximadamente 100 galones de aguas negras entraron en su casa ese domingo, y la compañía de limpieza ServiceMaster le dio un estimado de $62,000 para cubrir solo los servicios de reparación. Su póliza de seguro solo cubrirá hasta $ 5,000, y el reemplazo de paredes, alfombras, muebles y otros artículos para que el espacio vuelva a ser habitable costará miles de dólares más.
“Con el costo de vida aquí, en serio que vivo de cheque en cheque”, dijo Toni Parker. “No tengo deudas, a excepción de una tarjeta de crédito mínima, todo está en esta casa. Estoy tratando de pagar la educación universitaria de dos hijos y tendré que sacar una segunda hipoteca. No tengo el dinero para eso”.
A solo unas pocas casas más adelante, los hermanos Martin y Javier Landa han estado construyendo su primera casa familiar, construyéndola durante los últimos dos años mientras residían en una casa móvil cercana. Los hermanos guardaban todos sus materiales de construcción en el sótano mientras terminaban los pisos superiores, incluidas decenas de miles de dólares en pisos y aislamiento que estaban listos para instalar. Dijeron que faltaban alrededor de dos meses para completar el proyecto cuando ocurrió el derrame.
Ahora, los hermanos están considerando una pérdida estimada de al menos $70,000 en materiales y costos de reparación. Sin saber que se trataba de un problema de todo el vecindario, asumieron que la fuga era culpa de ellos y gastaron dinero de su propio bolsillo para pagar a siete personas por dos días completos de trabajo para detener el flujo y evitar que llegara al río Eagle, todos los materiales se arruinaron. En un momento, los hermanos dijeron que estaban desviando activamente las aguas negras hacia su sótano en un intento por evitar la contaminación del río.
Para empeorar las cosas, Martin Landa dijo que no tienen seguro después de que se les negara el seguro en la propiedad varias veces. Dijo que los hermanos nunca entendieron por qué el seguro no cubría la propiedad, y ahora cree que estaba relacionado con el alto riesgo de problemas de alcantarillado en el área.
Al otro lado de la calle, Theresa Argüello y su hermana Rita Rodríguez han abandonado su casa por completo debido a que les preocupa arriesgar su salud. Rodríguez tiene sus sistema inmunológico sensible y Arguello dijo que, con la materia fecal absorbida en las viejas estructuras de madera de su sótano, ninguno de las dos se siente segura al entrar a la casa.
“Está absorbiéndose en todos nuestros hogares, especialmente con este calor, y no puedes dejar las puertas abiertas y las ventanas abiertas todo el tiempo porque también tienes que preocuparte por todas las otras cosas que pueden pasar”, dijo Argüello.
A lo largo del camino, hay historias similares con costos de reparación similares y, a medida que se acumula la avalancha de billetes de cinco dígitos, los propietarios buscan que el ayuntamiento asuma la responsabilidad por la calamidad.
El juego de culpas
La causa del bloqueo ha iniciado un debate continuo sobre quién es responsable de los daños.
El pueblo ha argumentado claramente que no tiene la culpa de este incidente. El bloqueo de 12 pies por 2 pulgadas estaba hecho de materiales que el ingeniero de la ciudad Jim Hancock dijo que “nunca deben tirarse por el desagüe”, incluidas las llamadas toallitas “desechables”, trapos de tela, pañales, botellitas de licor, grasa, un lápiz de carpintero y otros artículos no identificables.
La tubería principal de alcantarillado que corre a lo largo de Porphyry Road es el punto donde se juntan todas las tuberías en Gypsum antes de dirigirse a la planta de tratamiento de aguas residuales, lo que lleva a que los artículos indebidamente desechados de toda la ciudad se reúnan en un solo lugar. Hancock dijo que la ciudad recientemente eliminó el área en cuestión, despejándola en noviembre de 2021, y lo hace en un ciclo regular de tres años, que es más frecuente que el ciclo de cinco años requerido por las regulaciones estatales.
El proveedor de seguros de la ciudad, la Agencia Intergubernamental de Riesgos Compartidos de Colorado, actualmente está investigando el evento, pero Hancock dijo que es poco probable que el ayuntamiento sea responsable, ya que no ha sido negligente en el mantenimiento del sistema de alcantarillado. En cambio, la culpa se dirige a los usuarios de aguas negras que están tirando artículos que no se pueden desechar en el sistema. El informe oficial de cinco días dice explícitamente que “la falta de educación y la publicidad incorrecta de los fabricantes parecen ser la causa de este derrame”.
Si la investigación de la compañía de seguros confirma este análisis, el ayuntamiento no será declarado responsable y no tendrá fondos de seguro para distribuir a los propietarios. A pesar de esta probable conclusión, durante la reunión del Concejo Municipal del 12 de julio, todos los líderes de la ciudad acordaron que las consecuencias del uso inadecuado de las aguas negras en toda la ciudad no deberían ser asumidas por solo 10 hogares, y plantearon la idea de cobrar una tarifa por “irresponsabilidad al tirar objetos el excusado” que dispersa el costo por todo el pueblo.
“Creo que hubo un impacto por causa humana en este problema, al que todos los contribuyentes, en teoría, contribuyeron, que ahora está siendo absorbido por una pequeña población en nuestra comunidad que se encuentra en esta zona”, dijo Jeremy Rietmann, el administrador del pueblo.
“Estoy de acuerdo en que este es un problema que afecta a toda la ciudad, que todos los contribuyentes compartan esa carga”, dijo el concejal Bill Baxter.
Si bien no se ha tomado ninguna acción formal para implementar esta tarifa, el Concejo Municipal acordó cubrir los costos para restaurar los hogares a un nivel de seguridad, para garantizar que las empresas de limpieza no nieguen el trabajo por cuestiones de pago. El costo total de los daños aún no se ha determinado, y aunque el consejo no fijó un monto específico en dólares sobre cuánto está dispuesto a pagar, el gerente de comunicaciones de la ciudad, Taylor Slaugh, dijo que estará sujeto a los límites financieros del fondo de alcantarillado del pueblo.
Estas garantías del ayuntamiento no han apaciguado a los propietarios afectados, quienes sienten que la repetición de problemas de alcantarillado en el área es evidencia de una negligencia más amplia. Varios propietarios confirmaron que han sufrido al menos tres incidentes de derrames de aguas residuales en el vecindario, incluido uno en 2019 y otro hace unos seis años. Rick Cole, un residente de 30 años, afirma que ha sido testigo de al menos cinco incidentes.
El pueblo está trabajando actualmente en una recopilación de informes de incidentes anteriores para verificar estas afirmaciones.
Los residentes también expresaron su preocupación de que se estaban pasando por alto los impactos ambientales, lo que los llevó a presentar una queja ante la Agencia de Protección Ambiental. El informe de cinco días del pueblo establece que el impacto ambiental del derrame fue “mínimo… debido a la dilución por el río Eagle” y que “no hubo un impacto observable en las aguas subterráneas”, aunque numerosos residentes observaron aguas negras en sus patios.
Los problemas recurrentes han generado una sensación de miedo y desconfianza entre los miembros de la comunidad, quienes dijeron que no sabían que vivir en la línea principal de alcantarillado los expondría a tales riesgos financieros y de salud adicionales. Algunos residentes han planteado la posibilidad de una demanda colectiva para tratar de proteger sus activos, con poca fe en que el pueblo aborde el problema por sí solo.
“Dicen que lo arreglaremos, los ayudaremos, pagaremos la mitigación, pero sucederá dentro de cinco años”, dijo Argüello. “Y después de que hayan usado todo su dinero y todos sus recursos para arreglar la casa y hacerla habitable, volverá a suceder”.
¿Ya nunca más?
Los residentes están buscando garantías concretas de que esto nunca volverá a suceder, y Hancock dijo que el pueblo está haciendo todo lo que está a su alcance para dárselas.
Dijo que la primera prioridad será una mejor educación pública sobre lo que se puede y no se puede poner en el sistema de alcantarillado. La ciudad también está considerando agregar controles mensuales de pozos de registro en el área y posiblemente instalar una alarma de flujo que notificará a obras públicas cuando el caudal disminuya, lo que indica un posible bloqueo.
Gypsum tiene planes para construir un sistema de alcantarillado más grande para 2025, aumentando el tamaño de la tubería principal para satisfacer las crecientes necesidades de capacidad. Hancock dijo que el pueblo también considerará reubicar la línea principal colectiva lejos del vecindario y en un área menos poblada para disminuir el riesgo futuro. Hasta entonces, alienta a los residentes a invertir en válvulas de retención que eviten que el agua estancada se derrame en los hogares.
“Nos sentimos muy mal por eso”, dijo Hancock. “No nos gusta ver a la gente pasar por esto, y haremos todo lo posible para que no vuelva a suceder”.
Queda por ver si estas soluciones resuelven el problema de una vez por todas, pero mientras tanto, los residentes de Porphyry Road y las áreas circundantes están en el limbo, preguntándose cómo sobrevivirán financieramente si el apoyo externo es limitado.
Toni Parker planeaba rentar su casa y vivir en su casa móvil para pagar la matrícula universitaria de su hijo Aspen. Ahora, ella está buscando sacar una segunda hipoteca, y él está viendo cómo sus planes de asistir a la escuela culinaria este otoño se desvanecen.
“Trabajo 50 horas a la semana para pagar la colegiatura y vivir en Boulder, y después de cinco becas todavía estamos endeudados”, dijo Aspen Parker en la reunión del Concejo Municipal de Gypsum el 12 de julio. “Es decepcionante ver a mi comunidad alentar mi educación. crecimiento, pero luego tomo el dinero que necesito para esa educación para pagar algo que no fue mi culpa”.
La sensación de que todo su arduo trabajo y planificación financiera es en vano es compartida por todos los propietarios de viviendas en el área, quienes se aferran a la esperanza de que no se les dejará solos con la carga.
“No somos Cordillera, donde la gente puede ir y remodelar. Somos personas que vivimos nuestras vidas de cheque en cheque tanto como podemos”, dijo Argüello. “Debe abordarse que es un problema de todos, no solo de esta pequeña comunidad a la que nadie escucha porque es solo una pequeña comunidad”.
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